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  LA CREACIÓN DEL BOMBERO
 
LA CREACIÓN DEL BOMBERO (Anónimo)

Extraido de www.bomberil.cl
 
Cuándo el Señor creaba a los Bomberos y llevaba varios días de trabajo construyendo el primero,  un ángel se acercó y le preguntó: "¿No estás gastando demasiado tiempo en ese sujeto?”
 
El Señor le contestó con otra pregunta:”¿Has leído las especificaciones que son necesarias?”…  los bomberos  tienen que ser capaces de estar por horas luchando contra el fuego o atendiendo  a una persona que el común de la gente ni siquiera se atrevería a tocar, mientras guardan en sus mentes los horrores de lo que están viendo. Ellos deben ser capaces de tomar decisiones en un segundo sin pensar dos veces en lo que hay que hacer aún cuando esto revista peligro. Ellos deben estar en su mejor condición física, dispuestos a salir corriendo interrumpiendo su vida familiar… ah! y también debo hacerlo con seis pares de manos…
 
El ángel sacudió la cabeza lentamente y musitó: “¡Seis pares de manos!… pero… eso es imposible!”
 
“No son las manos las que me están causando problemas”, dijo el Señor, “son los tres pares de ojos que el Bombero tiene que tener lo que me preocupa”.
 
“¿Eso es necesario en el modelo común?”, preguntó el ángel.
 
El Señor asintió con su cabeza. “Un par que vea a través del fuego para determinar en que lugar él y sus compañeros puedan luchar mejor contra las llamas, otro par a los lados de la cabeza para vigilar que sus hermanos de lucha estén trabajando a salvo y un tercer par en el frente para buscar a las víctimas que puedan estar atrapadas y necesiten su ayuda”.
 
“Señor”, dijo el ángel, “Sería bueno que descansara hoy y siguiera con el Bombero mañana”.
 
“No puedo”, dijo el Señor, “ya tengo un modelo que es capaz de transportar a un hombre pesado por escaleras hirvientes de un edificio en llamas y ponerlo a salvo… y hacer todo eso sin cobrar un solo peso”.
 
El ángel caminó lentamente alrededor del bombero y un tanto incrédulo pregunto: “¿Puede pensar?
 
“Por cierto”, dijo el Señor, “está capacitado para evaluar los distintos tipos de fuego y saber que herramientas ocupar en cada caso y podría recitar aún en sus sueños los procedimientos para sostener la vida de una persona hasta llevarla a un centro asistencial. Todo esto sin dejar de evaluar su propia condición en la acción. Este Bombero lo he creado con un gran auto control que le es imprescindible. Deberá enfrentarse a una escena repleta de dolor y sufrimiento,  ser capaz de convencer a una madre a entregarle a su hijo en brazos para llevarlo a un lugar seguro. Y tendrá que aceptar que un trabajo bien hecho será sólo su deber sin esperar recompensa o reconocimiento alguno, sino el de sus propios compañeros.
 
Finalmente, el ángel se acercó curioso, alargó su mano y pasó un dedo por la mejilla del Bombero. “Hay una filtración, al parecer… Señor… es una lágrima”.
 
“¿Para qué es la lágrima?”, preguntó el ángel.
 
“Será para derramarla cuando alguno de su compañeros caiga en la lucha. Para manifestar la emoción de ver la bandera de su Compañía flameando contra el cielo. Es una lágrima por todo el dolor y sufrimiento que deberá enfrentar. Es una lágrima que derramará en su juramento cuando ofrenda su vida para salvar la de su prójimo”.
 
“Que maravillosa idea la de la lágrima, Señor, usted es un genio”, dijo el ángel.
 
El Señor, volvió su rostro algo sombrío y dijo: “Yo no la puse allí”.
 
 
Se agradece al Sr. Carlos Iturra Briones, voluntario de la Tercera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago, quien ha hecho llegar este material para su publicación.   
 
   
 
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